Seguro que sabes de lo que hablo, seguro que a ti también te ha pasado.
Durante la última semana, a Écija le ha faltado un trocito de sí, ese que todos los años nos abandona una semana para llevar más allá de donde alcanza nuestro aliento, la pesada carga que el sentimiento de muchos ecijanos cuelgan de él durante un año entero, como medalla de oro en su rojo terciopelo.

Durante una semana, y gracias a Dios, sólo una semana al año, al volver esa columna, y levantar la vista,Ella no está.
Porque yo le hablo a Ella, a la virgen de mi ROJO simpecado, porque es sobre Ella sobre la que yo vacío mi bolsa cargada de oraciones, porque tengo una oración por cada medalla que cuelga de su vencida tela...
Porque, se encuentren donde se encuentren, se que caminan por las benditas arenas del cielo, llevando en sus manos el rojo simpecado de su hermandad, de la nuestra, de la hermandad de Écija.

Se hace larga la espera, una semana entera...
¡¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCIO!!
¡¡VIVAN LOS BUENOS ROCIEROS!!