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viernes, 18 de febrero de 2011

El mejor Sevilla de la temporada cae derrotado por su falta de acierto.

Sevilla FC 1 – Oporto 2
17 de febrero de 2.011
Partido de ida 1/16 de final Uefa Europa League


Nos vemos obligados a buscar la remontada en Oporto, que, visto lo visto, no es imposible. Hace mucho tiempo que todo lo que se dice de este equipo es que necesitaba encontrar su juego, su estilo. Hace tiempo que venimos demandando la recuperación de las bandas, el control del centro del campo y cortar la sangría defensiva que nos cuesta encajar goles, la mayoría de ellos evitables. De lo que no nos podíamos quejar era del acierto de nuestros delanteros, los números los avalan 64 goles en 38 partidos (30/23 liga, 10/7 UEFA y 24/8 copa del rey).

Nuestro Sevilla ayer dio nuevamente muestras de recuperar muchos de las armas que no han venido funcionando este tiempo atrás. Vimos el mejor partido de Jesús Navas desde que se recuperó de la lesión, igual que Diego Perotti. Vimos el acierto de la dirección deportiva en las incorporaciones del mercado invernal, partidazo de Medel en el control del centro del campo y de Rakitic, ofreciendo movimientos rápidos a sus compañeros, base del fútbol moderno. Eso unido a la recuperación de Sergio Sánchez y Fazio, que se complementaron y fueron un secante para la delantera del Oporto.



Pero seguimos adoleciendo de tener excesiva fragilidad defensiva, anoche, dos errores defensivos nos costaron dos goles, uno en la marca de una falta lateral en la que nuestra defensa, en este caso no nuestros defensas, no consiguen parar la entrada de Otamendi y Rolando, y este último bate a Palop sin problemas 0-1, y el otro un desajuste entre defensa y portero, deja el balón muerto para que nos encajen el segundo 1-2. Antes, Kanoute había puesto en la red de un cabezazo certero, un balón perfectamente puesto por Rakitic.

Pero el Sevilla pierde el partido de ayer por la falta de acierto. Llegó a Sevilla el Oporto, con la vitola de ser líder destacado de la liga lusa, sin conocer la derrota ni en liga ni en Europa League, pero no demostró nada de eso sobre el césped de nuestro estadio. De no ser por los regalos de nuestra zaga, seguramente la de ayer, hubiese sido la primera derrota del año. O si nuestra delantera hubiese acertado con alguna de las numerosas ocasiones en las que se pusieron de gol. Podíamos haber concedido los dos goles, pero debimos haber marcado, al menos tres.

Capítulo a parte merece nuestro entrenador. Si bien hay que reconocerle su trabajo a la hora de recuperar efectivos, como ha hecho con Romaric, o Zokora, como está tratando de hacer con Fazio, como ha hecho aguantando la presión manteniendo las bandas hasta que le han dado la razón. También hay que achacarle la falta de clarividencia durante los partidos. Un partido atascado se puede resolver por un cambio de sistema, como hizo en Santander, a mitad de partido, o contra el Villarreal en copa, pero hay partidos en los que, o bien el propio partido, o bien el equipo, necesita un revulsivo que se debe dar desde el banquillo.

El caso es que cuando no es por una cosa es por otra, pero el resultado empieza a ser una constante. Prefiero un Sevilla que gane por 1-0 de forma rácana. Pero, sinceramente, también me gusta ver un equipo que juega como lo hicimos ayer, o en la segunda parte contra el Racing. Supongo que porque me gusta creer que el buen juego traerá resultados, cosa que, apostar siempre a la heroica, puede hacer que la tostada caiga para un lado o para otro, y la condenada ley de Murphy dice que siempre cae del lado de la mantequilla.

Ahora habrá que ir a Oporto a por el partido, sin complejos, ya sabemos que se le puede ganar, si bien va a ser harto difícil, pero antes hay que levantar la moral de estos dos partidos, para eso es propicio el Hércules, nuestro rival el domingo a las 19:00.

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